La enérgica declaración, publicada por la emisora estatal CCTV el jueves por la noche, fue un mensaje al resto del Ejército Popular de Liberación para que mejore sus actos y se sume a la agenda de Xi, dijeron expertos en política china.
En un intento simbólico de reavivar el celo revolucionario, Xi reunió la semana pasada a altos mandos militares en Yan'an, en la provincia rural de Shaanxi, la base de las tropas del Partido Comunista que lucharon contra los invasores japoneses y luego derrocaron a los nacionalistas en la guerra civil china, que terminó en 1949.
Xi les dijo que “no hay lugar para elementos corruptos en el ejército”. “La causa fundamental de estos problemas radica en la falta de ideales y creencias”, afirmó.
A principios de junio, firmó nuevas regulaciones de auditoría para el ejército.
Al igual que las campañas de rectificación similares llevadas a cabo por el líder fundador de la China comunista, Mao Zedong, en la década de 1940, Xi está advirtiendo a las tropas que «podrían admitir lo que hicieron antes de que lo descubra», dijo Alex Payette, director ejecutivo de Cercius Group, una consultora con sede en Montreal enfocada en la política de élite china.
Las destituciones fueron “una señal de lo que se avecina”, dijo Payette. «Este fue el primer disparo».
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